Exposición SALVADOR DALÍ: BIBLIA SAGRADA. ECOA, SOBRAL - Ceará - BRASIL


SALVADOR DALÍ AQUÍ
Francisco Lara Mora
Comisario

Tras inaugurar la Muestra de Grabado IMPRIMA 2012 el 18 de mayo, muchas personas se sorprendieron al conocer que una de las muestras paralelas sería una exposición de litografías de Salvador Dalí en Sobral y, ciertamente, eso fue posible por una serie de coincidencias. Durante los meses de marzo y abril de 2008 habíamos realizado, comisariada por Roberto Galvão, una exposición de obras de Chico da Silva en el
Círculo Artístico de Barcelona, en las salas contiguas al Museo Dalí instalado en las dependencias del Palacio Pignatelli (s. XV) a escasos metros de la gótica Catedral de Barcelona. El Cercle estaba presidido por el artista Joan Abelló -pintor, amigo, admirador y coleccionista de Salvador Dalí- que moriría meses después, en diciembre, mientras acontecía su última exposición en vida, en la Galería Pau d´Arara de Sitges (Barcelona), que dirigíamos en aquella época.

La exposición de Chico da Silva facilitó el nacimiento de una amistad con los diplomáticos brasileños del Consulado de Barcelona -Marco Cesar Naslausky y Dercy Ribero-, y fortaleció la existente con Felix Bentz, que sería el sucesor de Abelló en la presidencia del Cercle, y con Juan Javier Bofill, coleccionista especializado en el artista surrealista Salvador Dalí; lo que nos permitió producir nuevamente,  dos exposiciones de artistas brasileños en el Círculo Artístico de Barcelona: "Moda & Arte por ejemplo"  de  Julio Camarero y "Luzes do equador"  de Siegbert Franklin.

De alguna manera ese fue el laberinto que nos llevó a conseguir el préstamo de las obras que componen la exposición Biblia Sagrada, 105 litografías, del Museo que sobre Dalí está tomando forma en Weimar (Alemania); inaugurando la exposición en las instalaciones de ECOA en Sobral el 8 de junio de 2012; exposición que ha servido para mostrar las enormes posibilidades que, el uso de las técnicas de la obra gráfica, tiene para la divulgación de la obra de un artista. 

Esta exposición nos reservaba algunas sorpresas. Solicitamos la colaboración de la profesora María Teresa Jiménez Priego con la intención de realizar un estudio que pudiera ser publicado en este catálogo. María Teresa Jiménez, doctora en Filosofía y Letras, ha dedicado su vida laboral a la investigación y la docencia desde el Departamento de Historia del Arte de la UNED, Universidad Nacional de Educación a Distancia de España; habiendo publicado un profundo estudio, bajo el título “Dalí, joyero del siglo XX”.

 Tras aceptar el reto la Sra. Jiménez, nos pusimos “manos a la obra” y nos sorprendió, de un lado,  no encontrar información de exposiciones anteriores de Salvador Dalí donde la Biblia Sacra fuese protagonista y, de otro, la inexistencia de estudios publicados sobre esta interesantísima obra; por lo que tras esta publicación continuaremos el trabajo -hoy ya de una extensión que supera las posibilidades de nuestra edición-, con el propósito de concluir una amplia obra que analice cada una de las imágenes, contemplando los aspectos estéticos y simbólicos, e incidiendo en el método de trabajo, de creación, que en sus propias palabras –las del propio Dalí-tratamos de manifestar, mediante un recorrido por su trayectoria, en la continuación de este texto.

DALÍ, GENIO Y FIGURA
Dalí nació el 11 de mayo de 1904, nueve meses y diez días después de la muerte de su hermano Salvador Galo. Salvador también era el nombre de su padre y de su abuelo paterno, que sufrió de  paranoia y se suicidó; su tío Rafael Narciso Jacinto también intentó suicidarse. Así podemos afirmar que posiblemente heredó por transmisión familiar angustia ante la locura.
Sobre la llegada a su familia, prácticamente,  como un doble sustituyendo a su hermano muerto, Dalí dijo: “Gracias a la paranoia, es decir, a la exaltación orgullosa de mí mismo, he conseguido salvarme de la anulación que me produce la duda sistemática sobre mi persona. Aprendí a vivir llenando, con mi amor por mí mismo, el vacío de un afecto que no me daban. Así por primera vez vencí a la muerte mediante el orgullo y el narcisismo”.
Dalí comenzó su aprendizaje artístico ilustrando los cuentos infantiles de su hermana, Ana María; luego con su maestro de la Escuela Municipal Juan Núñez inició  su formación en dibujo, pintura y grabado, ganando su primer tórculo, regalo de su padre; se  perfeccionó en las técnicas del grabado, alcanzando una gran maestría y en su etapa de madurez, realizó multitud de grabados e ilustró, mediante técnicas de obra gráfica, el Quijote de Cervantes, La vida es sueño de Calderón, La Divina Comedia de Dante o la Sagrada Biblia.
A partir de 1922, durante sus estudios de Bellas Artes, alojado en la Residencia de estudiantes de Madrid, Dalí leyó muchas de las publicaciones de Freud, las cuales fueron traducidas al español en la década de los 20; La interpretación de los sueños (1900);  Uno de los descubrimientos capitales de su vida, le llevó a una dinámica de auto-interpretación que aplicó no solo a sus sueños, sino a cualquier acontecimiento de la vida.

Escribió su autobiografía La Vida Secreta de Salvador Dalí (1942) y Diario de un Genio (1964), revelando una maraña de acontecimientos basados en hechos verdaderos y otros ficticios. Desde entonces innumerables biografías se han escrito sobre Dalí, tratando de desvelar el personaje que  Dalí creó y separando el hombre de la leyenda.

Dalí aseguró que su abuela materna, una hora antes de morir, se incorporó en la cama y murmuró: “Mi nieto será el más grande pintor catalán”; y en su madurez, él mismo afirmaba: En Cataluña, hay tres genios. Primero, Raimundo de Sibiuda, autor de La Teología Natural. Segundo, Gaudí, creador del Gótico Mediterráneo. Tercero, Salvador Dalí, inventor de la nueva mística  paranoica crítica y salvador -de la pintura actual-, en honor a su nombre de pila.”

MÉTODO PARANOICO-CRÍTICO
La creación de su Método contiene características propias que lo distinguen del automatismo y de la interpretación de los sueños, con los que los surrealistas pretendían acceder a esa otra realidad. El método es consecuencia de una sistematización total.
No trata de elaborar un material simbólico, interpretado narrativamente como sucede con los sueños. Ni implica el estado pasivo del sujeto, típico del automatismo, que permite que las imágenes y los pensamientos fluyan sin control; el auto-matón, “lo que piensa solo”, sin que el sujeto reconozca autoría sobre la producción, como ocurre desde Aristóteles con la escritura y la pintura automáticas, sino que en el caso de Dalí él participa en la creación de manera crítica: “Tenía un espíritu paranoico. La paranoia se define como una ilusión sistemática de interpretación. Esta ilusión sistemática constituye, en un estado más o menos morboso, la base del fenómeno artístico, en general, y de mi genio en mágico para transformar la realidad en particular”.
En 1935, Dalí define su método, en el artículo La conquista de lo irracional, como “un método espontáneo de conocimiento irracional basado  en la asociación interpretativo-crítica de los fenómenos delirantes”.

LA BOMBA ATÓMICA Y EL MANIFIESTO MÍSTICO.
Recordando la explosión atómica del 6 de agosto de 1945, Dalí decía que la explosión le había estremecido sísmicamente: “Aplicaba mi método paranoico-crítico a la exploración de ese mundo. Quiero ver y comprender esas fuerzas y las leyes ocultas de las cosas para apoderarme de ellas. Para penetrar en el meollo de la realidad, tengo la intuición genial de que dispongo de un arma extraordinaria: el misticismo, es decir, la intuición profunda de lo que es, la comunión inmediata con todo, la visión absoluta por la gracia de la verdad, por la gracia divina”.
En 1951 y en lengua francesa escribiría su Manifiesto Místico, en un estilo literario complejo, hermético y poco accesible, que enmarcaría estéticamente su creación más madura.
Dalí en la creación de su personaje ( Dalí-genio) no dudó en criticar sistemáticamente  a los artistas de su tiempo. De este modo, era irreverente también con sus ex-compañeros del Movimiento Surrealista o, prescindiendo interesadamente de los progresos técnicos, criticando a los pintores de apartarse del Realismo (por no saber dibujar). Así, Dalí se permitía referirse a sí mismo como ex del Surrealismo y como subversivo por saber dibujar y por convertirse al misticismo.
En mi opinión, Dalí con su vasta cultura debía saber que ya algunos de  los más importantes artistas del Renacimiento conocían la técnica de la fotografía; si bien, hasta avanzada la Revolución Industrial, a finales del siglo XIX no se popularizaría el uso de la fotografía, primero, y el cine, después; lo que con seguridad ha influido en la evolución permanente del cerebro humano; perdiendo éste, generalmente, la capacidad del dibujo, hasta entonces fundamental para recordar todo tipo de detalles al contar hoy, supliendo esta misma función, con los sistemas foto-cinematográficos, al tiempo que desarrolla (el cerebro humano) enormes habilidades en los ámbitos digital y cibernético.
En su propio Manifiesto Místico da cuenta de su capacidad de anticipación, aunque de forma contradictoria, cuando dice:  “En verdad, este fracaso técnico –(no saber pintar)-es el único drama en el que los artistas modernos somos definitivamente superiores a los antiguos. Salvo las experiencias abstractas anti académicas del pintor Georges Mathieu, a las que considero valiosas desde el punto de vista del conocimiento, pues parten de una voluntad encarnecida de llegar al éxtasis. Sin embargo, esta clase de actividad pronto dejará de ser necesaria, debido al hecho de que la fotografía electrónica  se halla dispuesta y a punto para devolver al ojo humano su plena función imperiosamente realista”.
La actividad paranoico crítica aplicada a la estética le permite enunciar cinco principios o dogmas axiomáticos:
La forma surge en la materia como reacción a una presión de gran violencia que ejerce sobre ella el espacio duro e inexorable desde todas las direcciones.    (La presión se produciría al encontrarse las energías de los sistemas o centros intelectual y emocional superiores del ser humano. Manifestándose el uno como la investigación científica y, el otro, como la búsqueda de una iluminación y la actitud para recibirla).
La Belleza es siempre el último espasmo de un dilatado y concienzudo proceso o experimento inquisitorial.
La libertad no permite producir más que seres u objetos informes o deformes. (La libertad es antipática de la Forma).
Todas las rosas, necesariamente, crecen y florecen entre rejas (no en libertad). (Este es el caso de dos de las obras fundamentales de la Lengua Castellana; Don Quijote de la Mancha, novela escrita por Cervantes cautivo de los turcos en Argel; y El Cántico Espiritual, obra poética, creada por Juan de la Cruz prisionero de la Inquisición en Toledo).
Cuando el alma humana produce algo bello, utiliza siempre un molde incorruptible, que no es otro que el del éxtasis.            (La finalidad del misticismo es el éxtasis místico, al que conduce el "Camino de Perfección" de Santa Teresa de Ávila, mediante la entrada en las sucesivas moradas o estancias del "Castillo Espiritual").
Dalí señala dos bellezas arquitectónicas salidas del “incorruptible molde del éxtasis”:  el  Tempietto di San Pietro in Montorio, del Divino Bramante, en Roma; y el Monasterio de El Escorial de Juan de Herrera, en Madrid.
Finaliza su Manifiesto Místico agradeciendo lo servicios prestados a la Pintura por Picasso y postulándose como el innovador de la Nueva Era: “Muchas gracias, Picasso: tu genio ibérico de anarquista integral ha matado la fealdad de la pintura moderna. Sin ti, con la prudencia y el comedimiento característicos del honorable arte francés, existía el riesgo de tener que aguantar cien años más de pintura cada vez más fea, hasta que finalmente se hubiera llegado a los esperpénticos adefesios de tu serie Dora Maar. Pero tú, de una estocada única y cabal, has derribado el toro de la ignominia al par que aquel otro toro más negro aún del materialismo en su totalidad. Ahora empieza la Nueva Era. Empieza conmigo la era nueva de la Pintura Mística, la pintura del porvenir. Firmado: Salvador Dalí”

LA CUARTA DIMENSIÓN
A partir de 1965 Dalí se interesa por la holografía y por el arte tridimensional. Dalí pretende interpretar al mismo tiempo la realidad externa e interna del espectador, a través de diferentes métodos: La doble imagen, la estereoscopia, la holografía o la búsqueda de la cuarta dimensión, siguiendo los avances de la ciencia: <<El descubrimiento de las “imágenes invisibles”  se inscribía ciertamente en mi destino. A la edad de seis años, asombré a mis padres y a sus amigos por mi don, muy propio de los médium, de ver, “las cosas de otra forma”; siempre he visto lo que los demás no veían; y lo que ellos veían, yo no lo veía”.>>. En el mismo sentido, en otro de sus escritos se confiesa: “Creo que soy un pintor bastante mediocre en lo que produzco. Lo que considero genial es mi visión”.

Texto: Francisco Lara Mora (Comisario/curador).


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