DIBUJOS DE CINTA «LUCÍA»
La primera vez que tuve la oportunidad de ver los dibujos de Cinta, durante
un desayuno en una cafetería cercana a su domicilio en Madrid, compartió dos
informaciones que me mostraban su facilidad para la comunicación. De un lado
que experimentaba una “discapacidad intelectual que me dificulta aprender a
leer” y, por otro, lo que entiendo como un proyecto sentido: “Tengo buena
memoria. Mi abuela por parte de padre me dijo: Mira nieta, siéntate. Tú
no hagas caso a lo que la gente te diga…Tu trabajo es la pintura, no hagas caso
a los demás. Ni a tu padre, ni a tu familia, ni a nadie. Si tus sueños se
cumplen… ¡Se van a cumplir! No hagas caso a los demás.”
De este modo, conocí su deseo de realizar una exposición de sus dibujos y
recordé cuando en 2009 conocí un joven pintor brasileño (16 años) y me propuse
escribir un texto sobre una numerosa colección de obras inéditas (que nunca
habían sido expuestas) y sobre las que nadie había escrito hasta entonces.
Ambos tienen en común que su trabajo tiene espacio dentro de la corriente conocida
como «Outsider Art» o «Art Brut». Este es el arte que se produce
fuera (out) de las corrientes preponderantes del arte occidental
contemporáneo. Sus autores son autodidactas, sin formación académica,
excéntricos y, en algunos casos, artistas populares o primitivistas, pacientes
psiquiátricos, espíritas, reclusos cumpliendo pena de presidio u otras figuras
marginales situadas más allá de los encorsetados límites de la sociedad y el
mercado del arte.
Aunque ya, desde el inicio del siglo XX, expresionistas, dadaístas y
surrealistas se habían interesado por este tipo de arte, fuera de los límites
de la cultura, la academia y la razón, sería a partir de 1945 cuando el artista
y crítico de arte francés Jean Dubuffet (1901-1985) defendiera en sus escritos
y manifiestos artísticos el arte realizado fuera de los márgenes sociales y
artísticos, y fundara la Compagnie de l’Art Brut.
EL DIBUJO COMO LENGUAJE POSIBLE.
Los escritos teóricos de Dubuffet manifiestan la idea de que el Arte no es
exclusivo de los artistas, sino que todo ser humano, sin depender de sus
capacidades o al margen de su intelecto, puede incluirse en el universo
artístico. De esta forma, el crítico francés introduce a las personas con
discapacidad en el contexto artístico, aunque fuera de sus límites o
expandiendo los mismos.
Los dibujos, coloreados o no, que realiza Cinta no están afectados por
corriente artística o cultural alguna, ni imita miméticamente ningún estilo, a
diferencia de lo que sucede con obras de índole más intelectual. En este caso,
son representaciones que surgen de sus propios recursos, sin correspondencia a
ninguno de los tópicos del arte clásico o las modas. Recursos que nacen de sus
impulsos, en una acción pura (en bruto que diría Dubuffet), donde se manifiesta
la inventiva sin las constantes del arte cultural.
La iconología de los dibujos de Cinta repite algunos modelos a modo de
símbolos: el sol, las mariposas, los gatos, las botellas, la familia (en
conjunto y por separado), los corazones, árboles, flores y, en general, “todo
lo que me tranquiliza”. Y el símbolo, que decía Ernst Cassirer (1874-1945) “es
algo sensible que se hace portador de una significación universal, espiritual”,
constituye un puente entre el consciente y el subconsciente. Siendo éste
biológico y funcionando de forma autónoma y automática, se ocupa de la
supervivencia del individuo.
Hacemos uso de los símbolos porque existen espacios de significado que se
encuentran más allá del entendimiento humano, que apenas podemos presentir o
vislumbrar. También en palabras de Cassirer, la razón es un término
insuficiente para abarcar las formas de vida cultural humana, por lo que “en
lugar de definir al hombre como animal racional, lo definiremos como animal
simbólico”.
Dicen algunas corrientes de conocimiento que el 95% de nuestras elecciones
diarias vienen influenciadas por decisiones del Inconsciente. Es decir, un
tesoro con el que todos nacemos, aportándonos una enorme capacidad de
autonomía. Conteniendo información muy relevante para nuestra vida, sobre
nuestras emociones, nuestros ancestros, nuestra infancia… Expresándose de
múltiples formas: palabras, sueños, intuición y, por supuesto, a través de las
representaciones simbólicas. Es inocente, no juzga, ni diferencia entre el bien
y el mal, no entendiendo de razonamientos y sí de impactos emocionales, que
pueden aportar información sobre la falta de coherencia entre lo que sentimos y
lo que hacemos.
LA REPRESENTACIÓN DEL CUERPO
Dibujar el cuerpo supone establecer el orden de lo simbólico como expresión
fundamental de la comprensión del conjunto, tomando conciencia del propio
cuerpo y organizando la relación con lo universal mediante estructuras de
ligazón. Está relacionado con la percepción y vivencia del cuerpo como unidad,
desentrañando su sentido, su forma y su construcción sobre el «poder ser» y
«desear ser», en el plano del devenir.
Javier Abad (Madrid 1964), artista visual y profesor, coautor del libro El juego simbólico, que participó con una de las instalaciones realizadas bajo el lema Especulaciones: Intrínsecamente subversivos que comisaríamos dentro de las Jornadas Arte Contemporáneo para Todos, en la Sala de exposiciones de la Alhóndiga (Segovia, 2007), cuya obra está relacionada con la configuración de espacios lúdicos para la infancia a través de instalaciones de juego y la creación de contextos para la vida de relación y el encuentro en diferentes ámbitos artísticos, educativos y sociales, que ha investigado sobre el tema de la representación del cuerpo, piensa que el papel del cuerpo en la adquisición del conocimiento y la importancia de las experiencias corporales como vía integradora, favorecen la transformación de las percepciones corporales en pensamiento abstracto. Al tiempo que destaca la necesidad de construir un contexto educativo capaz de desarrollar las posibilidades motrices, expresivas y creativas en su globalidad, a partir del cuerpo, para favorecer situaciones de aprendizaje y relación. Por ese motivo, pensamos que la práctica de la danza realizada por Cinta durante años, participando con la compañía de psico-ballet “Maite León” en diversos escenarios, se relaciona con sus modelos de representación gráfica.
QUÉ ES LA CREATIVIDAD Y CÓMO SE ESTIMULA
“Sabemos que todos tenemos la capacidad de crear y que el deseo de crear es
universal; todas las criaturas son originales en sus formas de percepción, en
sus experiencias de vida y en sus fantasías. La variación de la capacidad
creadora dependerá de las oportunidades que tengan para expresarlo”, escribía
la Profesora María Helena Novaes Mira (Río de Janeiro, 1926), en su libro Psicología
de la aptitud creadora (1973). Posiblemente, por el modo de vida
occidental, tan marcado por la producción y la velocidad, también por la
competitividad, la especulación y la codicia, el binomio creatividad y
discapacidad es de difícil conexión, pues la creatividad se asocia a las
capacidades cognitivas, incompatibles con la discapacidad. Por este motivo, en
la actualidad, tratándose de arte, sería más oportuno hablar de diversidad
funcional. Pues, como venimos expresando, la creatividad es innata al ser
humano, dotado con todo tipo de capacidades que, en el caso de los
artistas outsider, atesoran procesos y estrategias creativas con
valores como la sinceridad o la espontaneidad, cargados de originalidad.
Cotidianamente, en el ámbito de la creación prestamos atención apenas al
producto resultante. Cuando a través de la práctica de cualquier actividad, con
cierta disciplina, podemos alcanzar a comprender los secretos de la Alquimia.
Es decir, aquello que hacemos, que elaboramos, con ciertas características, en
realidad, nos hace a nosotros. Descubriendo que el proceso de realización es
tan importante como el resultado. Que el viaje a un lugar, el recorrido, es tan
importante como el lugar mismo.
Una vez mencionado que la creación artística y simbólica es propia del ser
humano, incluso sin la pretensión de obtener resultados artísticos, es
interesante señalar (por este poder alquímico) su capacidad para convertirse en
un medio rehabilitador y terapéutico. Pues la utilización de un lenguaje
distinto al verbal, también facilita el desarrollo de éste. De alguna manera
potencia todas aquellas oportunidades que en muchas ocasiones se han disfrutado
con cierto déficit, como pueden ser la escolarización y formación, el empleo,
la participación en la vida social, el disfrute del tiempo de ocio e, incluso,
el acceso a la Cultura.
Venimos a definir el proceso creador como el proceso terciario, más allá de
los procesos primarios y secundarios, definidos por Freud, que confrontan los
principios de placer y realidad. Este proceso constituye estructuras de
organización del pensamiento que permiten construir o deconstruir formas,
obtener múltiples interpretaciones, articular y distinguir espacios posibles e
imposibles, permitiendo la coexistencia de distintos modos de
temporalidad.
En El psiquismo creador, el psiquiatra argentino Héctor Fiorini, escribe sobre el concepto «ser», observando la diferencia entre lo que las personas son en sí, lo que deben ser y lo que pueden o desean ser. Manifestando que a las personas con discapacidad se les escatima la oportunidad de la tercera acepción: la oportunidad de elegir lo que pueden o desean ser. Por esto, las diferentes expresiones artísticas ofrecen un medio ideal para completar el concepto de «ser» con todas sus acepciones (ser en sí, deber ser, poder ser y desear ser). Así, las manifestaciones artísticas, de personas con o sin discapacidad, comunican obteniendo reacciones, positivas o negativas, que retroalimentan al autor, estimulando su nivel de autoestima, favoreciendo el uso de sus recursos internos, tomando consciencia de las múltiples posibilidades y potenciando el valor como persona en el entorno social.
En el texto incorporado al catálogo de la exposición Luzes do
Equador, del artista brasileño Siegbert Franklin (1957-2011), cuyo tema
central era el encuentro entre la civilización indígena y la nuestra, decíamos
que “Las personas podemos recuperar desde el arte el valor intrínseco de la
vida… a la cultura occidental, aquejada de tecnolatría y mercadolatría, le
falta ese conocimiento básico”. Y ciertamente, en una sociedad con datos
estadísticos de desempleo juvenil que supera en muchas ocasiones el 50%, cuando
las rentas del capital superan a las rentas del trabajo, imponiéndose la
economía especulativa frente a la productiva, se hace necesario un cambio de
paradigma donde la estimación del trabajo pierda transcendencia social en favor
de la importancia de la ocupación, aunque ésta no se rija por las reglas del
mercado. Lo que será posible a través una mayor apreciación de los valores
solidarios frente a los competitivos.
El dibujo, como medio de expresión, incide en procesos de atención y memoria, favorece el desarrollo de la imaginación y potencia el lenguaje verbal y escrito. Así lo observamos en las inscripciones que Cinta coloca en algunas de sus obras, para reforzar especialmente sus sentimientos en el momento representado. Y frente a la frescura y sinceridad de los dibujos infantiles, la fuerza imaginativa de los graffiti o la poesía de los muros de la calle, nos preguntamos si el hecho de introducir la técnica y los métodos artísticos en el proceso creativo no afectará a la esencia misma de la manifestación. Por otro lado, formando parte del proceso de construcción cultural histórico en el que nos encontramos inmersos ¿Cómo no aprovechar la experiencia y el conocimiento de nuestros antecesores?
Desde hace más de veinticinco años venimos estudiando la obra del pintor
primitivista brasileño Chico da Silva (1910-1985), nacido en el Estado de Acre,
hijo de madre brasileña y un indio peruano, que no conoció la escuela pero
vivenció sus primeros años viajando por los ríos amazónicos en contacto con la
naturaleza. Para, en su madurez, realizar su obra pintando de una manera
intuitiva un bestiario imaginario, en escenas mágicas, dentro de paisajes que
pertenecen al mundo onírico y la alucinación. Del mismo modo, ante la escasez
de recursos, nos preguntamos ¿Cuál habría sido su obra si su descubridor, el
pintor franco-suizo Jean Pierre Chabloz, no le hubiera facilitado papel y gouaches?
El arte y la creatividad abarcan un área con diversos ámbitos, como el
pedagógico, el terapéutico y el puramente artístico, que no están absolutamente
delimitados. Es interesante que el posible asistente de un artista que hemos
venido a llamar «outsider» (Outsider Art) pueda proporcionarle
materiales, tiempo, espacio, métodos artísticos y, por supuesto,
estímulo. Y todo ello, procurando no afectar a la originalidad creativa ni
mermar la libertad artística.
La creación individual, frente al aprendizaje en la escuela referido a la
ejecución de tareas concretas, permite la aportación de soluciones personales.
Sin la finalidad de producir un resultado dentro de los modelos académicos,
Cinta disfruta de una experiencia de relativa libertad, sin las exigencias de
un objetivo concreto, que observamos le llena de alegría y refuerza su
capacidad de atención y de expresión verbal. Un verdadero potencial para una
persona que convierte en centro de interés cualquier propuesta artística: “¡Me
interesa!”
Francisco Lara Mora, Madrid, 21/07/2021
Una bella iniciativa y una interesante presentación ... Mis mejores deseos de éxito en la exhibición de tan preciosa obra
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